Sin plata y sin permiso empezamos sacar fotocopias y fotocopias. Elegimos definirla -artesanal- para poder evitar el adjetivo -desprolija-, pero finalmente asumimos la verdad y la definimos -artesanal y desprolija-.
A medio camino entre fanzine y libro, entendimos que los costos debían ser tan accesibles como un boleto de ómnibus, o cuatro o cinco cigarros sueltos, medio litro de tinto suelto. Bajo el lema de hazlo tú mismo tratamos de hacerlo nosotros mismos y que la edición y publicación fuera un trabajo conjunto y colectivo.
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